4 pasos para visualizar tu mejor año

Visualizar no es lo mismo que ver. Visualizar es formar en la mente la imagen de algo. Una vez que sabés qué estás buscando, se te hace más fácil obtenerlo porque empezás a alinear tus acciones para que te lleven a ese objetivo.

Hoy te propongo crear la visión para el próximo período (un mes, un semestre, un año, vos elegís) y representarla con imágenes para tenerla siempre presente. Con este divertido proceso de collage que vamos a hacer juntas vas a tener algo que te servirá como guía y brújula durante los próximos 12 meses.

Vamos a volver a algo que nos encantaba en el jardincito: ¡cortar y pegar!

Paso 1: Juntar los materiales

– Revistas. Elegí algunas revistas que puedas recortar. ¿No tenés ni una solita revista disponible para vos? Andá y comprate una, ya es hora. Es tu turno.

revistas para recortar
Mis clásicas revistas de Enero: OhLaLá, Para Tí y Elle

– Tijeras

– Una hoja donde pegar tus imágenes recortadas. Las más extrovertidas pueden usar una cartulina completa. Podés usar un cuaderno, una hoja tamaño A4 o una libreta grande . Muchos años (2009/2013) yo usé hojas de carpeta escolar.

– Adhesivo para papel.

Tip #01: para pegar papel finito como el de las revistas lo mejor es el pegamento en barra.

Tip #02: si vas a usar adhesivo húmedo (cola vinílica) poné un poco en una bandejita descartable y aplicalo con un pincel, así no se te pasa la cantidad y no se te arruga ni se rompe el papel.

Paso 2: conseguir un espacio para jugar, tanto físico como de tiempo

Limpiá la superficie, servite la bebida de tu elección, poné música copada y colgá el cartelito de No Molestar. 😉

Paso 03: elegir las imágenes que representan lo que querés

Tu pregunta guía es: ¿Qué quiero para este año?

La idea es saber qué querés lograr Y por sobre todo cómo te querés sentir.

Con esto en mente elegí las palabras e imágenes que van a ir al collage. Mirá las revistas y recortá las palabras e imágenes que capten tu atención. No las cuestiones. Si te llaman, te llaman. Recortá y listo. Juntá tu pilita.

Esto es lo que vos querés para vos en el futuro. De vos para vos. Si bien está bueno que quieras dar lo mejor de vos a otros y por ejemplo mantener sanas tus plantas, colaborar con el colegio de los nenes en las kermesses, o donar la mitad de tu ropa a caridad, no se vale pedir acciones para otros. «Que mi hermana deje de fumar» no va en tu collage. ¿Me seguís? Tampoco incluyas lo que sentís que «deberías» hacer. Aquí entre nosotras: No es necesario que muestres tu collage a nadie. Este trabajo es tuyo y nadie va a venir a juzgarte por lo que quieras. ¡Claro que podés publicarlo en todas las redes sociales si querés! Es tuyo. Vos elegís.

recortes de palabras e imágenes

Mirá qué hay

Paso 4: a armar tu tablero de visualización

Cuando tengas tu pila de recortes, distribuílos sobre la mesa. Fijate. ¿Qué ves? ¿Hay un color que predomina? ¿Un cierto tipo de imágenes? No es lo mismo haber elegido un tigre que un pájaro.

Los finalistas salen a escena

Ahora acomodá tus palabras e imágenes sobre tu hoja.

Desde hace unos años que elijo mi palabra del año y armo toda una hoja que apoye la idea y el estilo que quiero para ese año. El que mi collage tenga sólo palabras es una costumbre mía, vos hacelo como quieras. Mové tus palabras e imágenes, cambialas de lugar y jugá hasta que estés contenta. Si sentís que «faltan» volvé a las revistas a buscar más recortes.

acomodando los recortes para formar un collage

El collage como herramienta de visualización

Estás armando tu futuro. Podés estar de acuerdo o no con la Ley de la Atracción pero si hay algo que te puedo asegurar por experiencia propia es que donde ponés tu atención, ponés tu intención y las cosas pasan. Así que elegí en positivo, ponele la proa hacia donde querés ir este año y guardate este collage cerquita para tenerlo siempre presente.

collage como herramienta de visualización

Usalo de guía: Esto es lo que quiero. Cada decisión que vas a tomar, comparalo con esto. ¿Te acerca o te aleja de lo que querés lograr?

Es una alegría para mí que hayas venido hoy. Va a haber mucho más de esto en el blog este año. Para no perderte ni uno de los artículos, hacé clic acá y suscribite a mi newsletter.

También en mi página de Facebook vas a encontrar preguntas semanales para lograr claridad en tus intenciones y tus acciones. ¡Tengo montones de planes para hacer juntas!

Feliz collage. 🙂

5 Tips para elegir tu palabra guía del año

¿Resoluciones de Año Nuevo? ¡Olvidate! Te traigo una propuesta más efectiva, a partir de tus ganas y gustos, que te va a acompañar todo el año a tu medida.

Por lo que he ido viendo cuando armás una lista de resoluciones sólo vas a anotarte una lista larguísima de «Debería» que te va a durar dos semanas y deprimir para fines de enero. Te propongo buscar una palabra que te sirva de guía para elegir tu camino.

El Año Nuevo es una oportunidad de hacer borrón y cuenta nueva. Sentimos que en ese momento podemos empezar de vuelta, planear con detalle qué queremos hacer, decidir para dónde queremos ir. El año se ve como un libro con 365 páginas para escribir como se nos de la gana.

Si bien algunas personas siguen escribiendo las tradicionales listas de resoluciones para Año Nuevo, hay una nueva tendencia que es la de elegir una Palabra del Año. Desde el 2007 que pertenezco al segundo grupo. Algunas palabras funcionaron bien para mí y otras no. ¡Para marzo del 2009 descarté la que había elegido para ese año porque me estaba volviendo loca!

¿Cómo usar la Palabra del Año?

La usás como si fuera una brújula. Quinn McDonald, una coach creativa americana la llama un «amuleto verbal». Cuando estés por decirle Sí o No a algo fijate si te lleva hacia dónde querés ir o te aleja de tu rumbo. Si te acerca a tu Norte decís Sí y si te aleja decís «No, gracias» porque sos así de educadita con las oportunidades.

Si vas a elegir una Palabra del Año para el año próximo te voy a contar lo que fui aprendiendo a lo largo de los años con el uso del método.

Tip #01

Este es fun-da-men-tal. Elegí una palabra que sea verdaderamente tuya, no «la que todas están usando» y suena tan bien, tan correcta, tan de moda. Confiá en lo que te digo, la palabra guía no te funciona si no viene de tu propio corazón, historia personal y deseos. Ya lo intenté y no anduvo. #historiasverdaderas

Tip #02

Empezá por saber dónde estás y dónde querés ir. Porque de eso se trata, salís de donde ya no querés estar y te vas avanzando hasta tu objetivo. Una pregunta útil para hacerte para definir la dirección es ¿Qué me pone contenta? A veces una corre de acá para allá y se olvida de las pequeñas cosas que nos hacen sonreir.

Tip #03

Elegí palabras positivas, de búsqueda de bienestar y no las palabras de evitar males. Es mucho más fácil focalizarse en lo que querés para avanzar que en lo que no querés, que hace que corras para todas partes. Por ejemplo si querés hacer una lista de objetivos a lograr «Comer saludable» funciona mejor que «Dejar de comer porquerías».

Tip #04

Hablando de evitar, evitá los «Debería». ¡Alivianate la exigencia!

Un año encontré una lista de palabras posibles en un blog muy popular. Uno de esos blogs que toooodo el mundo lee y es super trendy. Cuando revisé la lista publicada resulta ser que mi palabra elegida no estaba. ¿Por qué no estaba? *Suena la alarma de camino peligroso* ¿Mi palabra no era lo suficientemente buena? *Suena la alarma de comparaciones odiosas y vergüenza* ¿No debería …? Ya ves para dónde me estaba deslizando, ¿no?

Pues no. Me planto y digo que mi palabra es MI palabra. No la palabra de moda, no la palabra de otros. Es cómo me quiero sentir, lo que quiero hacer, lo que quiero ser. Andá más arriba y leé el tip #1 de nuevo.

Tip #5

«UNA palabra» es buena para focalizar. Habiendo dicho esto podés elegir un par más que te sirvan para reforzar la estructura y armar un lindo combo. Sale con fritas. 😀

A veces te puede salir una frase. Está bien. Si es tuya, dale.

Bonus tip

Los verbos son geniales, te llevan a la acción. Porque acordate que el marcar el rumbo es sólo el principio, después te tenés que poner en marcha.

Te dejo con una cita de Christine Kane:Christine Kane

Digamos que sos una de esas personas que eligiría «Organizarme» como resolución de Año Nuevo. Mirás a tu alrededor y ves desorden en todos los aspectos de tu vida. Entonces pensás «Necesito organizarme. Esa va a ser mi resolución.» Pero leés este artículo y decidís probar algo distinto. Te sentás un rato en medio del desorden y considerás qué palabras te inspiran. Te das cuenta de que estás aferrada a tus cosas, te da miedo dejarlas ir. Elegís «Liberar» porque es más grande que sólo «Organizarme». Entonces cada vez que te acercás a tu desorden te recordás de tu palabra y decís suavemente «Liberar». Empezás a dejar que las cosas que tenés de más se empiecen a ir. Eventualmente te das cuenta que es más que las cosas lo que estás reteniendo. También estás aferrada a resentimientos, a viejas relaciones. «Liberar», te recordás. Porque eso a lo que te aferrás también afecta a tu dieta y consiguientemente a tu salud. A lo largo del año ves a cuánto te estabas aferrando. «Liberar» se convierte en tu amuleto. Se convierte en tu fuerza guía, no en una regla rígida. Tu desorden se convirtió en tu maestro cuando cambiaste tu intención hacia él. Esto no hubiera pasado si sólo elegías «Organizarme».

¿Vas a elegir una Palabra del Año para 2018? ¿Cuáles son tus finalistas?

La Palabra del Año. Mi historia 2007-2014

La primera vez que leí sobre la Palabra del Año fue en este post por Ali Edwards en 2007 (en inglés). La Palabra es una brújula que guía mis acciones para llevarme adonde quiero ir. Ésta es mi historia de 2007 a 2014 para que sepan qué me funcionó y qué no. También pueden encontrar 5 tips sobre cómo elegir su propia Palabra del Año aquí

2007: AHORA

Mi marido y yo vistos por nuestro hijo que en aquel entonces tenía 11 años.

Porque era el momento de empezar a hacer en vez de sólo soñar. Me llevó por buen camino al volverme al momento frente a cada decisión.

2008: COMUNIDAD

Mi primera elección había sido ABUNDANCIA sólo porque todo el mundo estaba eligiendo algo similar y yo quería mi parte. Por supuesto se pueden imaginar cómo salió eso de «todos lo hacen». No funcionó porque no era MI palabra y no podía conectarme con ella, con lo cual no la tenía presente. Sin embargo me dio una nueva perspectiva, un «no será abundante pero hay suficiente». Esto me permitió dar a los demás y eso me llevó a mi verdadera Palabra del Año: comunidad. Ser parte de una, servir a una.

cousins 2008
Algunos de mis primos y sus niños en el 2008

 

2009: CONCIENCIA

Ya para Marzo la tuve que dejar porque ¡me estaba volviendo loca! Tanto «darme cuenta» fue demasiado para mí en ese momento. Sí hice algunos proyectos interesantes para tener los ojos abiertos.

Llevé mi diario a la selva

Una de mis mejores experiencias. Encontré mi Palabra en la laguna de la niña encantada. De verdad puedo decir que escuché la Palabra como susurrada por las rocas. Presté atención todo el año, lo cual me hizo ver oportunidades, tanto es así que ahora en la familia nos referimos a 2010 como «el año de los cambios». 

Tuvo un excelente comienzo. Me hice oir y hasta tomé clases de pintura para expresarme por otros medios también. Alrededor de Setiembre se diluyó un poco y la carrera loca hacia fin de año ahogó el resto. Lección aprendida: chequear cómo voy en forma regular, mantener la Palabra visible y presente. 

2012: EXPANSIVO

Más alto que el cielo más profundo que el mar. Manteniendo este concepto fresco me dediqué a ampliar mi tribu. Me anoté en proyectos como Sunday Snippets, My month in Numbers and Blogtoberfest , lancé un blog en español, me conecté con gente en Facebook en inglés. profundicé el trabajo con Jamie Ridler para los miércoles de wishcasting y los tableros de la Luna Llena.

2013: ENERGIA

Todo ese movimiento hacia adelante en 2012 me dejó al borde del colapso. Quería ser más cuidadosa con mis ciclos de energía. La energía sería mi foco del año.

2013 fue un año de alta energía, con mucho de correr como gallina sin cabeza. Esta parte se volvió reactiva con larguísimas listas de cosas para hacer.Hace click aqui para ver todo lo que hice .

2014: PROSPERAR

Todo empezó con el taller de la coach creativa canadiense Jamie Ridler: Prosper.

Mmmmmmmm. Linda palabra. Prosperar. Una palabra deliciosa, ¿verdad? Una onda positiva de estar mejor que lleva a sentirse mejor.

Estuve mirando las definiciones:

1.- Ser afortunado , especialmente en términos financieros.

2. Tener éxito y causar que otros tengan éxito de manera saludable.

¿Cómo? ¿Puedo usar la Palabra para mí y para otros? Cada vez me gusta más.

Es un verbo, una palabra de acción.

Siendo la fan de ciencia ficción que soy la palabra Prosperar (prosper) se convirtió en «Live long and prosper», que era el saludo de MrSpock.

words of the year

Durante 2014 armé mis sitios web, dí mi primer taller en castellano, escribí para mí y para otros, me invitaron para el board de la International Bloggers Association, entrevisté a artistas internacionales, participé y moderé grupos y mucho, mucho más.

¿Qué sigue ahora? La Palabra del Año 2015. Ya te voy a contar.

 

 

Cómo elegir la palabra del año: 5 tips

Cómo elegir la palabra del añoEl día de Año Nuevo es una oportunidad de hacer borrón y cuenta nueva. Sentimos que podemos empezar de vuelta, planear qué queremos hacer, decidir para dónde queremos ir.

Algunas personas escriben listas de resoluciones para Año Nuevo, otras eligen una Palabra del Año. Por los últimos 9 años, he pertenecido al segundo grupo. Algunas palabras funcionaron bien para mí y otras no. ¡Para marzo del 2009 descarté la que había elegido para ese año porque me estaba volviendo loca!

¿Cómo usar la Palabra del Año?

La usás como brújula. Quinn McDonald, una coach creativa americana la llama un «amuleto verbal». Cuando estoy por decirle Sí o No a algo me fijo si me lleva hacia dónde quiero ir o me aleja de mi rumbo. Si me acerca a mi Norte digo Sí y si me aleja digo No, gracias» porque soy así de educadita.

Si vas a elegir una Palabra del Año para este año o aunque sea una palabra guía para el futuro a corto plazo, te voy a contar lo que fui aprendiendo a lo largo de los años.

Tip #1: elegí una palabra que sea verdaderamente tuya, no «la que todas están usando». Confiá en lo que te digo, la palabra no funciona si no viene de tu propio corazón, historia personal y deseos. Ya lo intenté y no anduvo.

Tip #2: empezá por saber dónde estás y dónde querés ir. Una pregunta útil para hacerte es ¿Qué me pone contenta? A veces una corre de acá para allá y se olvida de las pequeñas cosas que nos hacen sonreir.

Tip #3: elegí palabras positivas, de búsqueda y no de evitar males. Por ejemplo si querés hacer una lista de objetivos a lograr «Comer saludable» funciona mejor que «Dejar de comer porquerías».

Tip #4: hablando de evitar, evitá los «Debería».

Un año encontré una lista de palabras posibles en un blog popular, de esos que todo el mundo lee y es super trendy. Cuando revisé la lista mi palabra no estaba. ¿Por qué no estaba? *Suena la alarma de camino peligroso* ¿No era lo suficientemente buena? *Suena la alarma de comparaciones odiosas y vergüenza* ¿No debería …? Ya ves para dónde me estaba deslizando, ¿no?

Pues no, señoras y señores, mi palabra es MI palabra. No la palabra de moda, no la palabra de otros. Es cómo me quiero sentir, lo que quiero hacer, lo que quiero ser. Leé el tip #1 de nuevo.

Tip #5: «UNA palabra» es buena para focalizar. Habiendo dicho esto podés elegir un par más que te sirvan para reforzar la estructura y armar un lindo combo. Sale con fritas. 😀

Bonus tip: los verbos son geniales, te llevan a la acción. Porque acordate que el marcar el rumbo es sólo el principio, después te tenés que poner en marcha.

Te dejo con una cita de Christine Kane:Christine Kane

Digamos que sos una de esas personas que eligiría «Organizarme» como resolución de Año Nuevo. Mirás a tu alrededor y ves desorden en todos los aspectos de tu vida. Entonces pensás «Necesito organizarme. Esa va a ser mi resolución.» Pero leés este artículo y decidís probar algo distinto. Te sentás un rato en medio del desorden y considerás qué palabras te inspiran. Te das cuenta de que estás aferrada a tus cosas, te da miedo dejarlas ir. Elegís «Liberar» porque es más grande que sólo «Organizarme». Entonces cada vez que te acercás a tu desorden te recordás de tu palabra y decís suavemente «Liberar». Empezás a dejar que las cosas que tenés de más se empiecen a ir. Eventualmente te das cuenta que es más que las cosas lo que estás reteniendo. También estás aferrada a resentimientos, a viejas relaciones. «Liberar», te recordás. Porque eso a lo que te aferrás también afecta a tu dieta y consiguientemente a tu salud. A lo largo del año ves a cuánto te estabas aferrando. «Liberar» se convierte en tu amuleto. Se convierte en tu fuerza guía, no en una regla dura. Tu desorden se convirtió en tu maestro cuando cambiaste tu intención hacia él. Esto no hubiera pasado si sólo elegías «Organizarme».

 

¿Vas a elegir una Palabra del Año? ¿Cuáles son tus finalistas?